lunes, 30 de abril de 2012

Manifestación de mi estómago

Tener familia implica ser de la BBC: bodas, bautizos y comuniones. ¿Para qué quieres una familia si no es para maltratarle el estómago? Malditos bastardos. Acabo de venir de una comunión. Los andaluces es que somos muy bastos. Y exagerados. Muy muy muy muy muy muy muy muy muy muy muy muy muy muy exagerados. De hecho, si no has leído todos los muy porque te daba pereza, eres andaluz.

Ir a una comunión andaluza significa comer como si hubiera una boda gitana. Y no una boda gitana cualquiera, sino la del clan de los ojos negros entera. Somos comilones con avaricia, queremos toda la comida para nosotros. Y la gamba de la vergüenza no existe en mi ciudad. Después de pasar por 4 platos de gambas, langostinos, jamón de jabugo ibérico 4 bellotas del bosque de la sierra de Mairena de las 3 Yeguas, queso manchego, croquetas caseras, aceitunas con hueso, aceitunas sin hueso, aceitunas con el hueso por fuera, olivas (¡OLIVAS! ¡Que ya nadie come de eso!), morcilla para repetir en bucle hasta la muerte y litros de cerveza a mansalva, llega el momento de comer. Sí, es que todo lo demás son entrantes, que no sé por qué se llaman así. Se deberían llamar llenantes.

Me anuncian el platotansuculentodecuyonombrenomeacuerdo y yo, con unas ansias que me moría, decidí esperar apurando mis aceitunas. Las del hueso.
Me traen gazpacho.
Perdona pero disculpa, ¿éste gazpacho lo ha hecho Ferrán Adrià? Porque es el único autorizado a ponerle ese nombre. Yo, como buen andaluz, me tomo mi gazpacho. Y ya, cuando la última aceituna del plato no te entra en la garganta y si te entra a presión la croqueta de la hora de antes te puede salir por otro agujero de tu cuerpo, entonces, y solo entonces, lo anuncian.
"Señores, aquí está el PRIMER PLATO". 
¿El primer qué? Espera. ¿Qué? Como yo me meta esa carrillada en el cuerpo, creo un tapón en mi cuerpo que van a tener que desatascar con una tenia.

En fin, mi familia es así. Luego están los típicos momentos memorables en una comunión, como son el firmarle el librito al niño o a la niña, sabiendo que ésta acabará metiéndose el "cuerpo de Cristo" en la boca muy pronto, la típica vieja que se quita la peluca cuando se emborracha, el baile en medio de la sala de la tía gorda, la guerra de "a ver quién le acierta al abuelo en el ojo con el cacahuete", el momento protagonismo a lo Beyoncé Knowles del niño cuando le dan los regalos o la prima choni que se rompe un tacón mientras le baila guarro al cura. Aunque el mejor momento del día es cuando llego con mi familia a casa, con 2 cuartos de baño para 4 personas y la respectiva carrera a cada uno de ellos. Esa comida tiene que salir por algún lado.

Total, por unos litros...

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