- ¡Uy, que sa' roto!Y así hasta la muerte. Los seres que habitan dentro no son otros que ''LAS JUBILETAS''. Con sus nietos-bolso, que algunos te miran con carita de ''no te vayas, no me dejes solo con ella'' y te dan pena. Como para no darlo:
- Que nooooo.
- Ah, es verdad, que este es eléctrico. (...) ¡Uy, que sa' roto!
- Abuela, ¿por qué hace tanto calor?Si empezamos con esas clases de cultura general tan intensas, yo me desmatriculo de la universidad y me saco el carnet de la 3º edad, con mi ruidito. Lo peor es cuando se te queda en el pasillito del bus la típica abuela gorda, con bolso XL que no deja pasar ni al Papa. Señora, no estoy en este autobús con la rabadilla del culo sudada para quedarme en el pasillo, así que aparte su culo grasiento y su moño del tinte y déjeme pasar [pose de negra-pose-pose-pose-ajam].
- Pues porque el tiempo está loco. Al tiempo le ha dado algo y se ha quedado loco.
Quizás no recuerden los cumpleaños de sus nietos, pero las paradas DE MEMORIA, oyes. Cosa mala. Bueno, las paradas, las no-paradas, por dónde pasa el bus, las combinaciones, el nombre del nuevo niño de la Loli, la historia de la Carmen que le ha tocado la bonoloto, las tendencias meteorológicas más recientes (que si, que ellas lo han visto en la primera, ¿quién eres tú para rebatirlo?), el nombre del autobusero, cuántos hijos tiene y lo que le gusta hacer en la cama. El Sálvame no tiene nada que hacer contra estas lagartas de la información. Son peor que una peluquería antes de una boda. Si tu abuela favorita quiere ir al centro en autobús, ¡NO LA DEJES! El autobús está maldito. Es un convierte-marujas y hace que tu yaya se convierta en una señora quéhacesahíeseesmiasientollevaminombreNOLOVES. Una vez una señora se sentó literalmente encima mía con la escusa de un frenazo del bus. No le rompí la cadera, porque ante todo, soy un moderno. No hay derecho. Y cuidado con las que van pintadas y alicatadas hasta el techo, son una falacia.
Aun así, hay gente que merece la pena en esos vehículos del demonio. Los matromonios con 3 bodas de oro a sus espaldas. Son tan ricos, tan adorables, tan...
- Manolo, ¡ya te has pasado la parada otra vez!Y así hasta la muerte. Ahora de verdad.
- ¡Que me dejes, que sé dónde estamos!
- ¡Que no me grites!
- ¡Que no me pegues!
No hay comentarios:
Publicar un comentario